viernes, octubre 30, 2009

Cortázar

Horazerianos


Extraordinaria fotografía que me la acabo de piratear del Facebook de no sé quién. En ella puede verse al gran Enrique Verástegui, Eloy Jáuregui, Tulio Mora y Jorge Pimentel.

miércoles, octubre 28, 2009

Entrevista: Rafael Chirbes


“La escritura es una forma de purificación, de convertir los fantasmas íntimos en algo de uso público, como es la literatura”
A partir de la publicación de su novela MIMOUN (finalista del Premio Herralde 1988), la obra de Rafael Chirbes (Valencia, 1949) ha generado elogios de la crítica y el genuino reconocimiento de los lectores. Con más de diez publicaciones a cuestas, traducidas a distintos idiomas, Chirbes es un nombre de primera fila de la narrativa española contemporánea. En la presente entrevista conversé con el autor sobre su última novela, la celebradísima CREMATORIO (Premio Nacional de la Crítica 2007).
¿Desde cuándo venía gestando CREMATORIO?
No sé, soy muy lento antes de empezar a escribir, antes de sentir que tengo la pila cargada. Ahora mismo llevo dos años y medio sin escribir, pero dándole vueltas a algo, intentando descubrir el sitio para mirar desde donde no he mirado aún, dar un paso más en el conocimiento del sentido de nuestro tiempo. Con CREMATORIO me pasó algo igual.
¿Y cuánto tiempo le demandó escribir la novela?
Estuve unos cuatro años cociendo, los últimos dos y medio de los cuales escribiendo con irregularidad; o sea, días en los que apenas tocaba el texto, y días en los que me tiraba quince horas.
CREMATORIO podría ser una metáfora de la liberación a través del dolor.
Algo de eso hay, la escritura es –entre otras cosas- una forma de purificación, de convertir los fantasmas íntimos en algo de uso público, como es la literatura. Conviertes lo de dentro en algo que tiene vida propia –una novela- y te es ajeno. No sé si es una visión muy actual, pero creo que el novelista aprende sus contradicciones a medida que escribe, algo paralelo a lo que ocurre con el psicoanálisis (aunque yo soy bastante poco freudiano). Hay que entender que las contradicciones de dentro siempre están tejidas con las del tiempo en que se vive. No hay alma que flote, que esté fuera de la historia.
La novela es también una reivindicación de la importancia de la configuración de los personajes. Se lo comento porque vengo notando en no pocos novelistas un mayor apego por la trama, la atmósfera y la experimentación, aspectos evidentemente válidos, mas a las grandes novelas las sostienen precisamente los personajes.
Sí, a mí lo de la trama no me interesa mucho, creo que lo que cuenta es la sensación de que a medida que lees vas aprendiendo, que el libro te va colocando en un sitio que tú no has pisado antes y que te va iluminando, te va haciendo entender, gracias a una maquinaria pequeña (el libro) cómo funcionan las cosas en la máquina grande del mundo. Para eso es imprescindible que haya personajes de peso, porque cuando decimos el mundo queremos decir la red de relaciones entre los individuos, así que unos personajes frágiles sólo pueden dar una mirada sin complejidad, de la que poco aprenderemos. Un personaje de un libro es un peso pesado en la medida en que tiene una red compleja de puntos de vista, de relaciones, de actitudes, un modelo artístico que nos permite descifrar los comportamientos de los seres de carne y hueso.
Se suele creer que hay que depender de la realidad para dar vida a un personaje, muchos de estos ya están perfilados.
Recuerdo que cuando escribí LA LARGA MARCHA, muchos amigos me decían que el personaje de Vicente Tabarca estaba sacado de su padre. Yo te he contado la historia de mi padre, me decían. Y no. Ninguno de ellos me había contado nada de su padre. Era un modelo que yo había sacado, pero que valía para definir a mucha gente. Eso es estupendo. Por eso, vemos el comportamiento de un tipo y pensamos es un Rastignac, es un Raskolnikov, o un Torquemada, porque los libros han definido tan bien el tipo que se ajustan a muchos individuos.
Un personaje ausente, pero que a la vez es el aliento del libro, es Matías Bertomeu, quien se refugia en la agricultura contra los embates de la “modernidad” y “desarrollo”, representados por su hermano Rubén, que ha hecho fortuna en el negocio de la construcción. La decisión de Matías podría también ser vista como una decisión motivada por un interno pulso romántico.
Matías ha muerto (como han muerto las utopías del siglo XX), no sabemos exactamente cómo fue en realidad. Cada uno lo usa para justificarse a sí mismo. Los buitres descarnan al muerto. Siempre ocurre así. Los vivos se apropian de la historia, interpretan a su conveniencia lo que el otro hizo. A ratos, oyéndolo hablar en bocas de otros, uno piensa que fue un buen tipo, en otros momentos nos parece un imbécil, o un miserable. Mientras el lector busca quién fue Matías, se hace el análisis a sí mismo. En realidad, toda la novela está escrita para obligar al lector a ponerse él mismo bajo el microscopio. Me hablabas antes de la trama. Fíjate que la novela no tiene trama, ni tiempo, etc..., se sostiene sobre un lenguaje que obliga al lector a avanzar: quería que el libro fuera una trituradora que pusiera al lector en cuestión y que lo obligara a leer a pesar de que lo que leyera le hiciese daño, fueran cosas que preferiría no saber. Por eso medí mucho el ritmo.

Muchos han calificado a CREMATORIO como una visión lacerante de la España contemporánea. Sin embargo, por el alcance moral de la novela esta fácilmente es una disección del mundo de hoy, en el que las personas son esclavas de un razonamiento elemental y dependientes en extremo del dinero.

Cuando me decían que es una novela sobre la corrupción inmobiliaria o sobre la destrucción del paisaje, yo me cansaba de repetir que lo que había querido contar era el estado de nuestra alma a principios del siglo XXI, cuando todos los dioses han muerto, se han caído las utopías, y nos enfrentamos a nuestras vidas solos, sin encontrar ningún sentido, sólo el narcisismo de mirarse y cuidarse uno mismo. Eso es demoledor, porque una vida es poca cosa para hacer nada, hay que tener idea de continuidad, de que eres parte de algo que viene de alguna parte y va a alguna parte. Sin ese sentido de continuidad, no se hubiera hecho ninguna catedral, cuyas obras duraban tres o cuatro generaciones; pero tampoco los viñedos de Burdeos, que para dar los grandes vinos necesitan decenios. Un mundo egoísta acaba siendo absolutamente destructivo: toma el dinero y corre, folla y corre, esnifa y corre, bebe y corre. ¿Con qué idea puedes mirar desde esa actitud la cara de la muerte? Toda vida vivida así se estrella en el fracaso de la muerte.
En la página 46 se lee: “el dinero lo es todo cuando no lo tienes, pero, cuando lo tienes, vuelve más evidente lo que te falta”.
Sí, eso de lo que hablaba antes, la falta de sentido. Cuando falla el sentido del conjunto, todo falla estrepitosamente.
Los personajes Mónica y Silvia son de temer. Para muchos narradores es muy difícil plasmar el mundo femenino.
Me fue mucho más difícil encontrar el tono y la voz en una novelita corta, LA BUENA LETRA, contada por una mujer. Me pasé un año en el que me salía un travesti. De repente, un buen día me di cuenta de que era ella la que hablaba, y todo empezó a hilvanarse. En realidad, todos los personajes, sean del sexo que sean, siempre salen de intentar ponerte tú en el sitio que ellos van a ocupar, captando todos los matices. Por eso, el policía malo, o el mafioso asesino, o la prostituta o la mujer violada de mis novelas son yo. ¿Te acuerdas de lo de Flaubert “Madame Bovary soy yo”?
Claro.
Pues algo así.
Especulo que uno de sus referentes es el cine, en especial el gangsteril. Me fue imposible no pensar en ello con el matón Ramón Collado y el mafioso ruso Traian.
Me ha gustado casi desde la cuna el cine. De pequeño, con seis o siete años, no me perdía una película y conocía a todos los actores. Imagino que eso se notará, pero en CREMATORIO quería huir de lo policiaco, no quería apartar al lector de esa autodestrucción a la que me refería antes.
Por el aliento de época, tengo la seguridad de que también es tributaria de la novelística decimonónica.
Por supuesto. Soy un alumno (malo) de Balzac, Galdós, Eça de Queirós, Tolstoi, etc, etc… También me gusta mucho la literatura que se hizo entreguerras (Musil, Proust, Doblin, Mann, Dos Passos, etc.) y los vanguardistas rusos (Pilniak, Biely).
¿Los autores que menciona en los agradecimientos influyeron?
Los nombres que cito al final no son los que me han influido, sino aquellos de los que he tomado frases más o menos textuales, ideas, etc., porque CREMATORIO tiene mucho de antología de textos.
Me dicen que usted es una persona ajena al sarao literario, ¿Cómo tomó el hecho de que CREMATORIO haya sido considerada hace un par de años, por la crítica y lectores, como la mejor novela en España?
Bueno, que reconozcan tus libros te salva del peligro de pensar que estás loco; luego, vuelves a estar solo ante la hoja en blanco. Los novelistas no aprendemos como los mecánicos o los carpinteros: haber hecho un libro que está bien (y que, cuando pasan dos meses, ya te parece que está lleno de defectos) no te ayuda a escribir el siguiente. Esto es como lo de los jugadores de ruleta. Van al casino todas las noches y siempre empiezan de cero, tienen las mismas posibilidades que el que ha ido por primera vez en su vida. Además, no tienes que dejarte llevar por las alabanzas, tienes que saber que cuando te dicen que tienes “estilo” se refieren a aquello de lo que tienes que huir, porque si sigues por ahí te repetirás, harás retórica, mirarás desde el mismo sitio. Cada libro hace su estilo mientras se escribe. Lo que te digo, siempre estás a cero. Lo que ya has hecho te pesa más que te ayuda.
Publicado en Siglo XXI
……
Nota del blogger: Rafael Chirbes es un extraordinario escritor. No hay razón para no leerlo, sus novelas CREMATORIO y MIMOUN están a la venta en las librerías limeñas; también, junto a otras más, en la muy bien nutrida biblioteca del Centro Cultural de España. De paso, sugiero públicamente a los encargados de este centro cultural hacer lo posible por traerlo a Lima, en el marco de Semana de Autor. Como consigno en el gorro de la entrevista, Chirbes es un nombre de primera fila de la narrativa española contemporánea.

martes, octubre 27, 2009

Nancy Valen, otra vez

Cuando empecé a administrar lfdls, lo hice con la firme idea de postear sobre los temas que me fueran ocurriendo en el camino. Como bien saben los fieles lectores, este no es un blog exclusivamente literario, aquí he publicado de todo, de libros, música, cine, deportes, política, textos de presentación, en fin, solo me falta pegar las fotos de mi última borrachera con Richi Lakra y El Primo Mujica en un innominado huarique a pocas cuadras de Polvos Azules, en el que había un cuadro gigante de José Carlos Mariátegui y César Vallejo chupando, adonde me llevaron a razón de una entrevista que espero nunca salga publicada

Semanas atrás conversaba con un amigo sobre los secretos de mantener un blog. Claro, puede sonar a toda una tontería, porque un blog lo puede tener cualquiera, además la única clave es que te guste postear, comentar de lo que sea; pero aún así, hay ciertas mañas de las que uno se valió en su momento para captar un buen número de lectores. Por ejemplo, este amigo es un hincha confeso de mi blog a razón de un post que le dediqué a Nancy Valen, la recordada, para algunos, Samantha Thomas de la serie Baywatch.
No tengo la película clara del por qué hice ese post. Lo cierto es que si este blog pasó sin mucha chilla el millón de visitas, se debe en gran parte a Nancy Valen. Cada semana, y lo digo sin ánimo de joder, lfdls recibe semanalmente googleadas de la susodicha de todas partes del mundo, ya sea de Tokio, Murcia, Sri Lanka, Vietnam, Bangladesh, El Callao, Río de Janeiro, Buenos Aires, Cusco, New York, Munich, Madrid, París, Huacho, etc.; cientos y cientos de hormonales que la recuerdan digitando “Nancy Valen sex”, “Nancy Valen bikini”, “Nancy Valen love”…
Que quede claro que no soy un blogger frívolo. Pude haber posteado de alguna otra actriz de Baywatch muchísimo más protuberante, y vaya que las había, pero ahora que lo recuerdo, mientras tecleo, estoy totalmente convencido de que lo hice debido a que siempre me han gustado y seducido las mujeres de carácter fuerte, salvaje y decidido.
Como soy un hombre de palabra, de la que no pocos pueden dar fe, cumplo con la petición de mi amigo republicando las imágenes de Nancy Valen. Servido.





lunes, octubre 26, 2009

Literalgia


Me ha dado gusto leer la revista Literalgia. No es una publicación especializada de literatura, mas sí una que ama la literatura y las artes por sobre todas las cosas. No sé cómo llegó a mis manos, lo cierto es que un día la encontré sobre mi escritorio, no tuve intención de leerla porque no me gustaba su portada, pero superado ese bache impresionista, me sumergí en sus páginas, creyendo que revisaría alguno que otro artículo. No fue así, la leí todita.

Literalgia es dirigida por Felipe Revueltas, secundado por Jaime Tranca, Elías Cazasola, Joel Córdova y el pujante narrador Eduardo Reyme Wendell. Se lee en la nota editorial (una parte):
Somos un grupo humano que más parece la horda del eslabón perdido, pero con muchas ganas de divertirse, de dejar que los echen de los karaokes, de cruzar la calle en verde o rojo, de escribir hasta despintar el teclado, de gritar por la ventana de los micros, de dejarse robar en las esquinas de La Victoria, de vencer al miedo que duerme bajo la cama, de terminar ebrio de trementina, largos besos y vómitos en un baño público, o terminar en un bar, chupando con Los Mojarras, Alonso Cueto, Oswaldo Reynoso, Vargas Llosa, La Chichi Valenzuela, Sofocleto, Tongo, Burga…
Puede colegirse entonces que el desenfado es el espíritu de la publicación. Como dije en el primer párrafo, se nota la cuota de amor y gusto en cada una de las colaboraciones, lo cual para este blogger vale mucho.
Lo justo sería destacar todas las secciones (Libros, Cine, Música, Deportes, etc.), pero el tiempo es un soberano tirano; por ello, por ahora recomiendo, como para picar el diente, el suculento encuentro de Reyme Wendell con el novelón EL JARDÍN DE LOS FINZI CONTINI y el homenaje al poeta yorugua Mario Benedetti.
Sospecho que la revista es de distribución gratuita, no sé. Si quieren salirse de dudas escriban a: literalgia@hotmail.com y literalgia@gmail.com y dense una vuelta por el blog de la revista, que lo veo muy activo.
Y para terminar, pues que esta edición no sea la primera y última, que vengan muchas más.
Literalgia

domingo, octubre 25, 2009

Onetti

lunes, octubre 19, 2009

Miércoles 21. Presentación de POSTPOP, de Luisa Fernanda Lindo



Este miércoles 21 de octubre Lustra Editores presenta POSTPOP, el segundo libro de Luisa Fernanda Lindo, que se realizará en el Café La Máquina (Alcanfores 323 - Miraflores) y contará con la participación de José Carlos Yrigoyen, Alfredo Villar y Víctor Ruíz.

¿Quién es Antoni Casas Ros?


En septiembre del 2008 tuve la oportunidad de presentar al narrador español Javier Alonso Benito, en el marco Semana de Autor que patrocina el Centro Cultural de España de Lima. La conferencia de Javier se tituló La literatura del yo en la narrativa española actual, con la que abordó en profundidad la rica tradición del dietario.

Confieso que hasta ese entonces había leído muy pocos diarios literarios, lo que me impulsó semanas después a devorar cuanto de estos encontrara en el camino, creyendo que tendría una idea clara del asunto en un par de meses de intensas lecturas, mas esta inquietud ha ido convirtiéndose en una saludable adicción de la que aprendo cada vez más.
Es por ello que hace unos días hice algo que no suelo hacer en lfdls: posteé un artículo, publicado en otro medio, del muy recomendable DIETARIO VOLUBLE, de Enrique Vila-Matas.
Siento que muchas cosas quedaron en el tintero, como los suculentos párrafos dedicados al enigmático escritor Antoni Casas Ros.
¿En realidad existe Casas Ros?
En la tarde dominguera de ayer quise salirme de dudas, investigué un poco mientras fumaba el último cigarro de mi vida.
En el 2008, vía Seix Barral, se publicó la traducción de su novela EL TEOREMA DE ALMODÓVAR. En la solapa se lee lo siguiente:
Escritor francés nacido en 1972. Antoni Casas Ros nació en la Cataluña francesa en 1972, de madre italiana y padre catalán. Sus estudios de matemáticas se vieron bruscamente interrumpidos por un accidente, lo que le condujo a una prolongada vida de soledad que culminó con la escritura de su primera, y por ahora única, novela, El teorema de Almodóvar. Casas Ros ha vivido en Perpiñán, en Barcelona, en Niza y en Génova. Hoy en día reside en Roma.
La sinopsis:
“Hace quince años que nadie me ve. Para tener una vida hay que disponer de un rostro”. Una nueva voz que no dejará indiferente. Antoni, el narrador de esta historia, quedó desfigurado a los veinte años a consecuencia de un accidente de tráfico. Perdió el rostro, y con él la oportunidad de llevar una vida normal. Dotado de un talento especial para las matemáticas, Antoni vive aislado en un universo propio hecho de álgebra, literatura y cine. El encuentro con un transexual llamado Lisa y Pedro Almodóvar cambia su vida para siempre. La pasión reflejada en la mirada de Lisa y la intensidad de la mirada de Almodóvar le devuelven la ilusión, las ganas de explorar el mundo. Comienza así un singular proyecto al más puro estilo Almodóvar, el de hacer una película basada en la vida de Antoni. Novela muy breve, escrita de forma muy especial. Muy legible, pero diferente a todo.
La peculiar historia del hombre sin rostro y las coincidencias con lo que sabemos del autor nos hace pensar que esta historia es toda real. La novela fue enviada a dos importantes agencias literarias, una en España y otra en Londres, y ambas aceptaron representar a su autor inmediatamente. El teorema de Almodóvar será publicado por las editoriales europeas más prestigiosas, como Gallimard, Diogenes o Feltrinelli. El tono, la precisión y el poder de la narración en primera persona recuerdan muchísimo a El perfume.
Como no he leído la novela, no sé es buena o mala. Aunque algunos dicen que no pasa nada con ella. Sin embargo, este libro es un éxito, debido, como ya han colegido, al misterio que rodea al autor.
Vila-Matas, ante las sospechas de que él es Casas Ros, puso el parche en su momento, pero pocos le creyeron. Sin embargo, los detectores de estilo aseguran que es imposible que sea CR. Lo cierto es que este desfigurado narrador, condenado a una vida enclaustrada, es lo que el responsable de BARTLEBY Y COMPAÑÍA siempre ha querido ser: un letraherido fantasma.
Si en caso CR fuera un invento, pues debe ser hechura de un escritor reconocido (pienso también en Claudio Magris y Rodrigo Fresán), cosa que con el correr de los años la hace linda develando el secreto.

domingo, octubre 11, 2009

Philip Roth


Una semana más tarde estaba de vuelta en Nueva Jersey, en su chacra de grosellas. La legislatura de este Estado, en sesión especial, votó porque se le acordase la chapa de automóvil 372 como recuerdo de su promedio de bateo máximo. La gente solía buscar la chapa por las carreteras de Nueva Jersey, y cuando veía aproximarse el automóvil, aplaudía mientras Luke saludaba. Y así murió Luke ese invierno. Para devolver los saludos de un grupo de escolares que se acercaba en un omnibús, un grupo de muchachos y muchachas asomados por todas las ventanillas, gritando "¡Es él, es Luke!", este jugador, el más bondadoso y modesto que haya pegado jamás un pleno, apartó momentáneamente sus famosas manos del volante y sus famosos ojos de la carretera, y se deslizó rápidamente por el pavimento resbaloso hasta caer en el río Raritan. Que un hombre tan modesto hubiese muerto por culpa de su fama no fue más que una de la serie de ironías que los cronistas deportivos señalaron en el infortunio que costó la vida a Luke, a la edad de treinta y seis años.
(De: LA CAÍDA DE LOS ÍDOLOS. Emecé Editores, 1975)

DIETARIO VOLUBLE, de Enrique Vila-Matas


Semanas en las que me vengo recuperando de una caída…, desde más de dos metros de altura. Un día a la semana juego basketball, deporte en el que siempre he destacado. Me encontraba dando pases, en calma, aprovechando la buena ventaja que mi equipo llevaba en el puntaje. En una de esas, me harté de hacerme el huevón y corrí hacia el aro en pos de una buena canasta, alucinándome en las alturas la versión peruana del legendario Michael Jordan. Bueno fuera haber anotado (triste consuelo), pero no: mi mano derecha quedó atrapada en las mallas del aro, la presión del peso de mi cuerpo amenazaba con que el tablero venga sobre mí, entonces para desprenderme necesitaba de toda la fuerza posible, subí ambas piernas y con jalón hacia abajo me libré de las mallas. Obvio, caí como un costal de azúcar. Todo esto en menos de dos segundos, si demoraba más tiempo el desenlace pudo haber sido fatal.

El médico me ordenó descansar. Y como descansar es lo que más me gusta de la vida, opté no refutarle nada. De paso, cómo no, me desentendía por algunos días de mis reuniones con editores que no leen, escritores que no escriben y literatos que odian la literatura.
En mi cabecera muchos libros e innumerables películas en DVD. Así fue como leí DIETARIO VOLUBLE (2008), del escritor español Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948).
Sensación rara. Me había prometido no leer en mucho tiempo a este estupendo narrador. La razón: a lo mejor ciertas ganas por leer cosas distintas que no sean solo constantes referencias literarias. Motivo caprichoso, lo sé. Sin embargo, este libro, que no es ficción, ni ensayo, me gustó demasiado, el cual te transmite un inconmensurable amor por el placer de leer, por aprender cada día más y en especial por algo que hoy en día contadas veces se ve: coherencia literaria, intelectual y personal.
Dietario. Diario literario, para no hacernos problemas abordando varias potenciales definiciones. Escrito entre el 2005 y 2008. Vila-Matas en estado puro, reflexionando y dictaminando sobre la relación entre su vida y la literatura, que en su caso es prácticamente lo mismo. Letraherido miembro de la secta de los “lectores que escriben”, como Roberto Bolaño, Rodrigo Fresán, Claudio Magris…
Leía y apuntaba. El autor de PARÍS NO SE ACABA NUNCA ofreciendo una “escrita charla” magistral en más de doscientas páginas. No me dieron ganas de cerrar el libro, al punto que a propósito me demoraba en avanzar y en no pocos casos levantaba la mirada, presa del arrobamiento. Impresión del lector sobre todas las cosas, pero qué impresiones, cachetadas inmisericordes a todos los Hooligans de la Escuela del resentimiento.
En DV no existe el lugar común, “libro-nudo” en el que se entrelazan el pulso del novelista, la mirada del lector-crítico y la franqueza del que asume la literatura como un destino. Patadas plausibles a la sarta de mentirosos del mercado editorial; llamadas de atención a no cejar en la disciplina interior que todo artista debe privilegiar en lugar de andar buscando muchachas despistadas por el éxito literario; el diálogo del autor con las nuevas fuentes de la información, como las líneas dedicadas al muy buen blog El lamento de Portnoy; la búsqueda de hermanos literarios a distancia, del que sobresale el artífice de mundos paralelos Enrique Prochazka.
Para sorpresa de los ignorantes, el dietario no es un género nuevo. Subvalorado, sí. No existe hoy en día parcela de escritura más plástica que el dietario. Todos podemos escribir uno, llenarlo de nuestra experiencia, lectura y pensamiento, pero eso no quiere decir que estemos pergeñando una muestra literaria. La forma, como bien señalaba Roland Barthes, lo es todo. Es la forma lo que lleva toda creación a un nivel estético. En este sentido, este diario de “vivencias literarias” de Vila-Matas refulge como uno de los principales referentes de este género al que debemos prestarle más atención.
Editorial: Anagrama
Publicado en Siglo XXI

martes, octubre 06, 2009

Leyendo a Rafael Chirbes


En estos días, en los que me recupero de una fuerte caída mientras jugaba basketball, leí una novelita que no puedo dejar de recomendar. Algo había escuchado sobre su autor, un español cuya vida me hacía recordar a un Philip Roth recluido en sus cuarteles de inacabables inviernos, pues me refiero al valenciano Rafael Chirbes (1949).

MIMOUN. Ese es el título de esta joyaza de la novela breve. Publicada por Anagrama en 1988, a razón de quedar finalista del Premio Herralde de Novela de dicho año. No la hubiera leído a no ser por la tercera edición de su vigésimo aniversario, en la que podemos encontrar, a manera de notas introductorias, un texto de Carmen Martín Gaite y la reproducción de una entrevista al editor Jorge Herralde, quien principalmente habla sobre la necesidad de rescatar esta novela del que es considerado uno de los mayores narradores españoles hoy en día.
Manuel, el narrador-protagonista, es un español con fortísimas tendencias hacia la modorra, quiere escribir un libro pero a las justas logra sobrepasar la férrea barrera del entusiasmo. Vive en Marruecos, en la ciudad de Fez, en donde trabaja como profesor. Pese a la vida tranquila que lleva, le sigue punzando la ansiedad de escribir el libro, para lo cual toma la decisión de irse a Mimoun, en donde se supone encontrará la tranquilidad y el silencio para echar andar su proyecto literario.
Desde las primeras páginas Chirbes nos envuelve con un estilo sugerente, contenido, en clara intención por privilegiar una atmósfera sensual y mortuoria, adecuada con la creciente degradación interna de Manuel, quien debido a su insomnio se lanza en las madrugadas a recorrer la ciudad en búsqueda de aventuras, sin saber después qué es lo que ha estado haciendo mientras retozaba con hombres y mujeres por igual.
Personaje interesante, puesto que tranquilamente puede ser la metáfora del escritor que hace vida literaria sin escribir. Pero no está solo, tiene en Francisco, Hassan, Aixa, Rachida y Charpent a sus cómplices tanto en lo amical como en lo sexual. Todos ellos son absorbidos y humillados psicológicamente por el hormonal escritor que no escribe, quien de a pocos va hartándose del lugar en el que estaba seguro empezaría a “vivir hacia adentro” en pos de escribir.
La muerte de Charpent en extrañas circunstancias es el pretexto que Manuel estaba esperando para irse de Mimoun, solo él piensa que los demás lo ven como sospecho, porque la policía aún no está segura si fue accidente o asesinato. Se siente culpable por todo el daño ocasionado a los que ha conocido, quiere pedir disculpas pero el orgullo a mostrarse débil se lo impide.
La prosa de Chirbes para detallarnos la perplejidad de su protagonista alcanza, en no pocas páginas, niveles altamente magistrales, puesto que, como señalé líneas arriba, el estilo es sugerente, alejado de las pirotecnias verbales que en muchas ocasiones matan buenos o interesantes pasajes, lo cual muy contadas veces se lee en una primera novela, porque MIMOUN fue en su momento una espléndida carta de presentación ante los lectores y la crítica.
Como bien señala Carmen Martín Gaite, Chirbes depuró su estilo como narrador por mucho tiempo, esta novela se publicó recién a sus 39 años. A partir de entonces no ha conocido otro camino que no sea el del constante reconocimiento. Para más señas: su última novela, CREMATORIO (de poco más de cuatrocientas páginas, la misma que estoy leyendo con justificado interés), fue elegida por unanimidad como la mejor del 2008 en España.
Imagen, Rafael Chirbes