lunes, enero 29, 2018

pobres diablos

En los días ausente del blog, que eché de menos, estaba pensando en compartir algunas impresiones al vuelo sobre las cinco películas de Clint Eastwood en el rol del policía Harry Callahan. La película más conocida del ciclo, la ya clásica Harry, el sucio. No sé cuántas veces las he visto, pero en cada nuevo acercamiento, el asombro no decae. Bueno, pensaba escribir de algunos mágicos detalles menores de estas películas, pero al parecer la furia me obliga a dar cuenta de otro asunto, que bien podríamos calificar de miserabilismo.
En menos de 48 horas, dos representantes de la izquierda peruana brindan motivos para pensar seriamente en la sospecha social razonable: la izquierda jamás será gobierno y que solo se desempeñará en lo que saben hacer como pocos: ser oposición.
La primera maravilla la vi ayer domingo, minutos antes del imprescindible Royal Rumble de la WWE. Por las redes comenzó a circular la intención del congresista Justiniano Apaza de presentar un proyecto de ley que restringa el ingreso de venezolanos al país. Como era de esperarse, las críticas no se hicieron esperar, al punto que tuvo que declarar que se trataba de una propuesta personal y no de los congresistas del Frente Amplio. Entre sus argumentos, lo que ya parece demagogia, más o menos así: los jóvenes venezolanos quitan el trabajo a los jóvenes peruanos. Y en las últimas horas, Goyo Santos, el mayor demagogo de la izquierda, que primero tendría que solucionar sus serios problemas legales antes de proferir cojudeces, como su defensa y admiración a la dictadura de Nicolás Maduro: “La dictadura es aquí, primero arregla tu casa y después resuelve problemas ajenos”. 
Aunque el verbo no delata su pobrediablismo, el silencio hace cómplices a todos los demás líderes de la zurda, pienso en Verónika Mendoza y Marisa Glave, que si aspiran a algún futuro político, deberían pensar en condenar la barbarie dictatorial de Maduro. En pocos años viviremos las elecciones presidenciales y por más que intenten convencernos de las ventajas de un gobierno de izquierda, el peruano de a pie se mostrará reacio ante el discurso: lo que ven a diario en las calles es motivo más que suficiente para saber que el socialismo del siglo XXI se ha convertido en toda una desgracia.

1 Comentarios:

Blogger Paul Forsyth dijo...

El socialismo de todos los siglos ha sido, es y será una miserable desgracia. Basta con saber algo de historia, salir a la calle, leer sobre "teoría" marxista o bien leer sobre sus derivados culturales modernos, como el cancerígeno feminismo, para darse cuenta de ello sin ningún problema.

10:44 p.m.  

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